La Navidad es una de las épocas más esperadas del año, pero también puede ser un desafío para quienes comparten su vida con un perro. Entre decoraciones, reuniones familiares, y posibles ruidos fuertes como los petardos, es importante tomar ciertas precauciones para que nuestro amigo de cuatro patas también disfrute de estas fechas. A continuación, te ofrecemos una guía completa para gestionar las fiestas navideñas con tu perro de la mejor manera posible.
Preparativos previos a la Navidad
La clave para una Navidad tranquila comienza con una buena preparación.
Refuerza el entrenamiento básico: Dedica tiempo a practicar órdenes como “a tu sitio” o “quieto”, que pueden ser muy útiles para gestionar momentos de mucho movimiento o ruido en casa. Esto ayudará a que se sienta más seguro durante las fiestas.
Zona segura: Establece un espacio en casa donde tu perro pueda sentirse tranquilo y protegido. Ubica su cama o manta favorita en un rincón apartado, preferiblemente alejado del bullicio de las celebraciones navideñas. Añade algunos juguetes o dale algo para masticar, como un hueso o un juguete interactivo, para ayudarlo a relajarse. Crear una zona segura es clave para que tu perro se sienta protegido.
Si tu perro está acostumbrado al transportín, este puede ser una herramienta excelente para crear un refugio de calma. Coloca el transportín en un lugar tranquilo.
Es importante que respetes este espacio y expliques a tus invitados, especialmente a los niños, que no deben molestar al perro cuando esté en su zona segura.
Planificación de los paseos: Ajusta los horarios de los paseos para evitar las horas más concurridas o ruidosas, especialmente si en tu zona se lanzan petardos. Aprovecha los momentos de menor actividad para tener un paseo tranquilo y relajante. Los paseos matutinos o nocturnos pueden ser ideales para evitar el estrés causado por el bullicio navideño.
Durante la celebración:
Identificar señales de comodidad o estrés: Si tu perro es sociable y disfruta de la compañía, inclúyelo en las actividades familiares siempre que no muestre signos de incomodidad. Aprende a reconocer señales de estrés como jadeo excesivo, orejas hacia atrás o intentos de alejarse. Si notas estas señales, lleva a tu perro a un espacio tranquilo para que se relaje.
Respeto a su espacio: No obligues a tu perro a interactuar con extraños si no se siente cómodo. Enséñales a tus invitados, especialmente a los niños, cómo comportarse correctamente con él.
Disfruta con tu perro si es sociable: Si se siente cómodo y relajado con las visitas, deja que participe en la celebración. Sin embargo, presta atención a cualquier cambio en su lenguaje corporal y actúa rápidamente si notas señales de estrés. Recuerda que el bienestar de tu perro siempre debe ser lo primero.
Evita malos hábitos y refuerza las normas: Durante las comidas y celebraciones, es crucial mantener ciertas normas para evitar problemas de comportamiento. Asegúrate de que tu perro no acceda a la mesa ni pida comida mientras coméis. Esto se puede lograr reforzando órdenes como “a tu sitio”. Comunica a tus invitados que no deben alimentar al perro con restos de comida, ya que muchos alimentos navideños pueden ser perjudiciales para su salud.
Conclusión
Las fiestas navideñas pueden ser un momento maravilloso para compartir con tu perro, siempre que tomes las medidas necesarias para garantizar su bienestar. Con un poco de planificación y atención, puedes disfrutar de una Navidad tranquila y feliz junto a tu mejor amigo.
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